Un verano en Bogotá

Bogotá, la ciudad de los trancones eternos y las manifestaciones liberadoras, la de animales, niños y ancianos, la Bogotá que se viste de color cuando sale el sol, la de las oportunidades… la que recibe miles de viajeros que  vienen a disfrutar de un verano, a veces frió, a veces cálido pero que sin duda marca la temporada de vacaciones.

En esas tardes de verano donde el sol no es muy fuerte y el viento sopla con libertad, el movimiento de la cuidad trae consigo la pluralidad del estilo urbano de la capital: chaquetas, gorros, bufandas, sacos, botas; miles de vestimentas en colores planos o con mucho color, unos más recatados que otros pero todos llevando la individualidad de un estilo que  marca la tendencia del Diseño independiente.

Ya tenemos los personajes, ahora nuestro escenario son las miles de actividades que hacen de Bogotá una cuidad incluyente, llena de espacios que parten desde parques y museos especializados para los más pequeños, pasando por lo más alto de la gastronomía Colombiana, las galerías más bellas de arte contemporáneo y eventos de alto reconocimiento internacional. Ahora me pregunto, ¿qué le falta a Bogotá para tener el verano perfecto? Tal vez nada, tal vez solo darle la oportunidad de pertenecer a nuestros lugares favoritos del mundo y llevarla en la memoria como icono de moda, música, arquitectura, alegría y diversidad.